2º La emperatriz decide moverse
-Su Majestad, puede verlo. Da
igual cuanto lo intentemos, solo se puede cultivar en unas determinadas zonas
donde la concentración de veneno no es tan alta. Da igual cuantos hechizos de
purificación usemos o cuantas veces invoquemos la lluvia para limpiar la
atmosfera
La mujer toco la hoja mustia de la
planta muerta y suspiro. La Emperatriz se alzo en toda su altura, con los
cuernos era cerca de metro ochenta, y miro a la pobre y esquelética gente del
clan 22. El clan de Belfegor. El sentimiento en su pecho era horrible, tanta
rabia, tanta impotencia. Su gente moría de hambre a diario
-Volvemos al palacio. Págales por
sus esfuerzos-Desplego sus alas y alzo el vuelo mientras el hombre les daba
dinero antes de seguir a su señora
El vuelo se hizo en silencio hasta
llegar al palacio real
-Su Majestad, pese al dinero que
les habéis dado…
-Lo sé, ha llegado el momento-la
mujer miro el mapa del mundo que estaba colgado en la pared-Estas tierras son
nuestra cárcel. Es hora de que empecemos la conquista del mundo. Es hora de que
obtengamos lo que realmente merecemos
El hombre la miro aturdido. Ella
siempre… No, tenía algo en mente. Ella no atacaría a gente inocente así como así
-Llama a todos los líderes de los
66 clanes demoniacos, que traigan a los tres guerreros más fuertes de sus
clanes.
La Emperatriz de los demonios no
solo estaba en su puesto por la marca del destino. Ella era además el usuario
de magia más poderoso entre los demonios y una figura que había unido a todos
los clanes. Desde muy joven había trabajado para unirlos y aumentar su poder.
Ella era “especial” incluso entre los anteriores emperadores
Poseía el poder de someter a todos
los demonios bajo su mando pero nunca lo había usado. Algo que todos los otros
emperadores habían usado y abusado de ello no era utilizado por ella
Lucius había sido el elegido para
ser su guardián desde el día en que llego al palacio y lo sabía. Había visto la
cara de Su Majestad que nadie más podía ver. Los cientos de tutores que la
habían instruido sobre cualquier tema que se le ocurrió, las largas noches de
estudio, los entrenamientos de magia que la dejaban medio muerta,… Esa mujer se
había esforzado para poder ser la mejor líder para su gente, algo que muy pocos
reinos humanos podían decir de sus gobernantes
Su insistencia por evitar la
guerra también era algo único. Pero había llegado el momento, ni siquiera ella podía
poner más excusas. Como la Emperatriz solo la espada del héroe podría matarla,
pero incluso ella sabía que o conseguían comida o se extinguirían
Costaba trabajo creer que era la
misma niña que con cinco años había decidido asumir sus funciones como
Emperatriz. Ahora se sentía completamente orgulloso de ella. Asintió con su
cabeza de cabra hacia la espalda de la mujer a la que serbia
-Y esa es mi idea-la emperatriz
miro a los generales presentes-¿Alguna queja o pregunta?
-Si, ¿Por qué los mas poderosos
serán los que cuiden las fronteras? Normalmente son los que cuidan esta ciudad,
la protección de la capital es una prioridad
La mujer suspiro
-Si lo hacemos como lo planearon
los anteriores emperadores estamos condenados al fracaso como ellos. Además, si
ponemos a los más débiles en el exterior y vamos aumentando la fuerza conforme
se acerquen a la capital, ¿no es como si les estuviésemos entrenando para que
se hiciesen más fuertes y pudiesen derrotarnos? ¿No es mejor poner a los más
fuertes en el frente creando una barrera? Actualmente el humano más fuerte es
el héroe y gracias a que no hemos actuado todavía su fuerza se ha estancado y
no se compara a la de los líderes de los clanes
Dicho de esa manera tenía sentido.
-Además, no seguiremos el plan de
conquista habitual “Conseguir la mayor cantidad de territorios en el menor
tiempo posible”, en su lugar prefiero un plan a largo plazo en el que en lugar de
conquistar la tierra conquistemos el corazón de las personas
Los líderes se alborotaron y
empezaron a hablar entre ellos
-¿Cuál es su visión para los
clanes? Mi visión es que sean un lugar donde la gente sea feliz y no mueran de
hambre constantemente. Un lugar donde todos puedan ser felices y sean
aceptados. Para eso necesitamos las fértiles tierras de los humanos. El ideal sería
un mundo donde demonios y humanos pudiesen convivir en paz, pero no se puede
llenar los estómagos de nuestra gente con ideales
Todos miraron a la joven emperatriz.
Tenía buenos ideales y una buena cabeza sobre los hombros. La seguirían,
seguirían sus planes
-Muy bien, empezaremos con esta
aldea-la reina señalo un punto minúsculo al lado de la frontera-Creo que es
perfecta para empezar, menos de cincuenta habitantes que están muertos de
hambre como nosotros, una pobre concentración de veneno que no afectara a
nuestras plantas pero que mata a los alimentos humanos,…
Los asistentes asintieron, parecía
fácil
-Si todo sale según mi plan lo más
probable es que conquistemos hasta tres aldeas sin derramar sangre o usar
nuestras armas, eso en un plazo de quince días. Y yo liderare la conquista
Después de la reunión ella fue a
su despacho a completar parte de su trabajo
-Su Majestad, ¿puedo rogarle que
elija otra aldea?
-Tú nunca me cuestionas, Lucius,
¿Por qué lo haces ahora?
-Su majestad, la aldea que ha
escogido no es rara en la frontera. Podría haber elegido cualquier otra-Lucius
se adelanto- Pero ha escogido una aldea del país Silvercrest, donde vive el
héroe
La Emperatriz sonrió y movió su
pelo a un lado. Era ondulado y las briznas blancas le daban un aire degradado
precioso. Además, tenía unos cuernos lisos y blancos que conjuntaban con su
cabello. Esos enormes ojos como los de un cervatillo con largas pestañas y de
un color rosado eran inocentes y puros. Y esas orejas caídas que le daban una
apariencia indefensa. Unos labios sonrosados, toda ella estaba sonrosada
Era como un cachorrito. La gente
pensaría que era una víctima de la Emperatriz antes de pensar que ella era Su
Majestad. Además, tenía esas grandes alas de cuero de un color irisado que
conjuntaban de una manera maravillosa con su apariencia.
-Lo hago por eso, quiero mostrarle
la realidad del mundo. Según nuestros espías el héroe a vivido toda su vida
cuidado por la iglesia como un noble, no sabe nada sobre la realidad del mundo.
En cuanto vea lo que de verdad ocurre, la corrupción, se deprimirá y será más
fácil derrotarlo. Además, ya he preparado contramedidas para su espada
-Como usted diga, pero quiero que
sepa que yo siempre daré mi vida por usted. Estoy siempre listo
-Preferiría que intentases
casarte. Hace tiempo que no necesito una niñera
-¡Nunca! ¡Quien sabe lo que le
harán esos hombres desalmados si la dejo sola! Ya bastante me cuesta lidiar con
sus pretendientes a diario como para dejarla sola en algún momento
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